ese tipo de actos. Uno piensa que la serie de «señales» recogidas en este Evangelio son una prueba suficiente del poder milagroso, pero los enemigos de Jesús no estaban convencidos. Con el tiempo llegaron a reconocer que Jesús hacía milagros, incluso aplicaron la palabra «señal» para describirlos: «Este hombre hace muchas señales» (11:47). Pero aún reconociendo esto, no descubrieron la mano de Dios y seguían dispuestos a enfrentarse a Jesús. Por supuesto, desde la Antigüedad, personas ajenas al pueblo
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